“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”
— Isaías 9:6
Al llegar a la entrada del Lugar Santo, encontramos cinco columnas que sostienen el velo. Estas no están puestas por casualidad: cada una representa un aspecto del carácter de Cristo revelado en Isaías 9:6.
Así como el velo nos separa del Lugar Santo, solo a través de Cristo —quien reúne en sí mismo estas cinco cualidades divinas— podemos entrar en comunión más profunda con Dios.
1️⃣ Admirable
Cristo es Admirable porque en Él se revela lo sobrenatural de Dios.
Su amor, su poder, su pureza y su misericordia despiertan asombro en todo corazón que le conoce.
“Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.” — Salmo 139:14
💬 Aquí el creyente se postra en adoración. Antes de pedir o hablar, primero contemplamos quién es Él. Su grandeza nos prepara para la comunión.
2️⃣ Consejero
Jesús es el Consejero divino, el Espíritu de sabiduría que guía nuestros pasos y revela la voluntad del Padre.
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.” — Salmo 32:8
💬 En esta columna, oramos por dirección. Entramos al Lugar Santo pidiendo que su consejo gobierne nuestras decisiones, pensamientos y emociones.
3️⃣ Dios Fuerte
Cristo es el Dios Fuerte, vencedor sobre el pecado, la muerte y toda potestad del enemigo.
Él es el que pelea por nosotros y sostiene nuestras manos cansadas en la batalla.
“Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre.” — Éxodo 15:3
💬 Aquí el creyente recibe fortaleza espiritual. El altar purificó, la fuente limpió, pero en esta columna Dios revive al guerrero interior con poder y autoridad en su Espíritu.
4️⃣ Padre Eterno
En Cristo se manifiesta el Padre Eterno, el amor inmutable que nos adopta como hijos y nos guarda bajo su cuidado.
“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.” — Salmo 103:13
💬 Aquí descansamos en su paternidad. Recordamos que no somos siervos ajenos, sino hijos amados que tienen acceso al corazón del Padre.
5️⃣ Príncipe de Paz
Finalmente, el Príncipe de Paz nos recibe en el umbral del Lugar Santo.
Después de la guerra interior y el fuego del altar, viene el reposo del alma que confía plenamente en Él.
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da.” — Juan 14:27
💬 Esta columna representa el equilibrio final del alma. Solo cuando Cristo reina, hay verdadera paz. Entramos al Lugar Santo con el corazón quieto, listo para servir y escuchar.
🌿 Aplicación Espiritual
Cada columna es una etapa interior antes de cruzar el velo.
- Admiración — nos abre los ojos.
- Consejo — nos enseña el camino.
- Fuerza — nos da poder para avanzar.
- Paternidad — nos afirma en identidad.
- Paz — nos prepara para la presencia.
Así, Cristo mismo se convierte en la Puerta Viva hacia la comunión con Dios.
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” — Juan 10:9
🔗 Este post pertenece a la serie: Camino al Tabernáculo — Preparando el corazón para Su presencia.
Precursores de Cristo 
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