El Atrio Exterior es el primer paso para acercarnos a Dios. Antes de avanzar, debemos reconocer nuestra necesidad de arrepentimiento y entrega, pues la Entrada simboliza la única puerta hacia Su presencia: Jesús. Este lugar nos enseña que todo camino espiritual comienza con decisión, compromiso y apertura del corazón.
🚪 La Entrada
- Representa la entrega del sacrificio y el compromiso al arrepentimiento.
Cada creyente debe ofrecer su vida a Dios, dejando atrás actitudes, hábitos o pensamientos que lo separen de Su presencia.
Versículo de apoyo: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; que es vuestro culto racional.” (Romanos 12:1) - Simboliza a Jesús, la única puerta que nos lleva a Dios y al Reino de los Cielos.
No hay otra manera de acercarse a Dios que a través de Él. Reconocer a Jesús como nuestra puerta nos permite entrar en Su Reino con fe y seguridad.
Versículo de apoyo: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo…” (Juan 10:9) - Nos recuerda que la entrada está en el mismo lugar siempre: depende de nosotros buscarla y atravesarla con fe.
La puerta no se mueve, pero nuestra disposición sí. Dios espera que busquemos Su presencia con corazón sincero, dejando que Él guíe nuestro paso.
Versículo de apoyo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17) - Aplicación práctica:
Antes de orar profundamente, reconócelo todo delante de Dios. Este es el momento de entregar nuestra vida, pensamientos y planes a Él. Podemos escribir lo que queremos entregar, confesarlo en voz alta y meditar en Su Palabra.
Versículo de apoyo: “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.” (Santiago 4:8)
Mini-reflexión
El Atrio nos enseña que no podemos avanzar sin compromiso y arrepentimiento. Es el lugar donde el creyente reconoce su dependencia de Dios y su necesidad de Su gracia antes de pasar a la purificación y la intimidad. Este primer paso también nos prepara para recibir luz, alimento espiritual y revelación en los pasos posteriores.
Versículos de apoyo:
- “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.” (1 Pedro 5:6)
- “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” (Mateo 5:8)
Oración Guiada para la Entrada del Atrio
“Señor Jesús, reconozco que eres la única puerta hacia Ti. Hoy entrego mi vida y mi corazón a Tu voluntad. Ayúdame a apartarme de lo que me separa de Tu presencia. Que mi compromiso y arrepentimiento sean sinceros, y que pueda avanzar hacia Ti con fe y reverencia. Enséñame a buscarte con todo mi corazón y a vivir cada día consciente de Tu amor. Amén.”
Reflexión final
Este primer paso nos recuerda que sin entrega y arrepentimiento no hay acceso a la presencia de Dios. Al tomar conciencia de nuestra dependencia y decidir abrir nuestro corazón a Jesús, comenzamos un camino de transformación espiritual que nos llevará a la purificación, la luz, la Palabra, la oración y, finalmente, a Su gloria en el Lugar Santísimo.
🌟 Próximo en la serie: Camino al Tabernáculo
Este post es el primer paso de nuestra serie “Camino al Tabernáculo”. Cada sección del Tabernáculo nos enseña algo profundo sobre cómo acercarnos a Dios y vivir en Su presencia.
En los próximos posts exploraremos:
- Altar de Bronce – Purificación y tiempo en oración.
- Fuente de Bronce – Preparación y examen del corazón.
- Candelero de Oro – Luz y guía del Espíritu Santo.
- Mesa de los Panes – Sustento y alimento espiritual.
- Altar del Incienso – Oración intercesora y adoración.
- Arca del Pacto – Presencia, revelación y transformación.
Cada post incluirá:
- Explicación del significado espiritual de cada mueble o sección.
- Versículos de apoyo para meditar y fundamentar la enseñanza.
- Mini-oraciones guiadas para que lo puedas aplicar en tu vida y oración diaria.
“¡No te pierdas el siguiente paso: el Altar de Bronce! Prepárate para profundizar en tu vida de oración y experimentar la purificación que Dios quiere hacer en ti.”
🔗 Este post pertenece a la serie: Camino al Tabernáculo — Preparando el corazón para Su presencia.

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