Al comenzar nuestro caminar con Jesús, a veces nos dejamos impresionar por lo que vemos y escuchamos en otros: hermanos y hermanas que oran en voz alta, llenos de emoción, y otros que parecen “ungidos” por su demostración externa.
Pero Dios tiene un camino diferente para quienes aprenden a escuchar su voz en lo íntimo.

💎 La lección

El Señor me enseñó:

“Solo susurra en su oído mientras oras en lenguas por ellos.”

Al principio dudé: “Señor, ¿no debería orar en un idioma entendido para que la persona reciba la oración?”
Y Él me respondió suavemente:

“¿De quién es el poder y quién es el que hace la obra? Soy Yo hablando a su espíritu.”

Ahí comprendí algo profundo: no es el volumen ni la demostración lo que mueve a Dios, sino obedecer Su voz en lo secreto.


🔥 Experiencias que confirman

  • Cuando uno ora en obediencia al Espíritu, incluso en silencio o susurrando, las personas pueden sentir el poder de Dios en su interior, y sus corazones comienzan a despertar y transformarse.
  • El Espíritu Santo puede manifestarse de maneras que no dependen de la percepción humana, ni siquiera de la capacidad física de escuchar; aunque una persona tenga impedimentos físicos para oír la voz humana, Dios puede hablarle directamente a su espíritu y obrar en su vida, trayendo paz, alegría y liberación.

🌊 Reflexión

El Espíritu Santo trabaja de manera invisible y sobrenatural.
Cuando aprendemos a susurrar, obedecer y esperar, permitimos que Él haga Su obra en el interior de los corazones, sin depender de nuestra fuerza ni de la percepción humana.

“Mi palabra y mi predicación no fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.” —

1 Corintios 2:4

“Pero cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.” — Mateo 6:6

“Orad en el Espíritu en todo tiempo, con toda oración y súplica.” — Efesios 6:18

“Y después del terremoto un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego; y después del fuego, un silbo apacible y delicado.” — 1 Reyes 19:12


🕊️ Conclusión

El susurro del Espíritu puede ser más poderoso que cualquier grito, más efectivo que cualquier demostración, y más santo que cualquier aplauso humano.
Aprendamos a escuchar y obedecer, porque allí es donde Dios se glorifica y las vidas se transforman, incluso cuando las personas no pueden percibir nuestra voz, pero sí pueden recibir la voz de Dios directamente en su espíritu.

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