
La Biblia nos habla de muchas cosas: la creación del mundo, cómo el pueblo de Israel fue escogido y caminó por 40 años en el desierto, los mandamientos y estatutos que Dios estableció para el hombre, el Tabernáculo, la rebelión de Israel, los primeros reyes constituidos por Dios, las batallas del pueblo, los profetas usados por el Señor, la descendencia de nuestro Salvador, su nacimiento, su caminar, su muerte y resurrección, la fundación de la primera iglesia y la persecución que enfrentó.
La Palabra nos enseña todo esto y más, pero surge una pregunta que nos toca a todos: ¿Cuál es el mensaje principal de la Biblia?
Una pregunta que nos confronta
¿Alguna vez te has preguntado esto o alguien te lo ha preguntado? Si tuvieras que elegir, ¿qué considerarías el mensaje más importante?
¿La creación o la evolución, que han sido temas de debate por siglos?
¿La ley, los mandatos o los estatutos que cada hombre y mujer debe seguir?
¿La salvación, la redención, el pacto, el pecado, las promesas o la gran comisión?
Todos estos temas son importantes y guían nuestras vidas hacia Dios, pero, ¿cuál de ellos abarca todo lo que la Biblia nos enseña?
El proceso de la vida y la revelación
Al estudiar la creación en Génesis 1 y 2, vemos que todo tiene un comienzo y toma forma física. Esto nos recuerda que la vida también tiene un proceso: nacemos, crecemos y morimos, algo que todos experimentamos de manera igual.
El sentido de la vida no es algo que podamos descubrir solo con la mente humana; necesitamos la guía del Espíritu Santo. Al buscar esta guía, comprendemos que la Biblia nos da pistas claras de cuál es su mensaje central: volver a ser como Adán y Eva antes de la caída, caminando en la presencia de Dios.
Un llamado a la acción
Como le ocurrió a Jonás en Jonás 3:2, Dios nos llama a dar este mensaje: volver a la presencia de Dios, caminar en comunión con Él, como lo hizo Adán en el jardín.
Esto no significa ignorar los demás mensajes de la Biblia; todo lo que aprendemos —leyes, mandatos, promesas, redención— nos guía hacia este objetivo: reconciliarnos con Dios y reflejar su amor y luz en nuestras vidas.
Una confirmación divina
Mientras estudiaba y reflexionaba sobre todo esto, me encontré con un libro de Neale Donald Walsch titulado “Lo único que importa”. En la página 27, el título decía “De vuelta a lo básico”. Al leerlo, comprendí algo increíble: Dios no solo me dio el título, sino también el mensaje.
Era como si me confirmara que todo lo que la Biblia nos enseña, todo lo que hemos repasado, converge en una sola verdad: volver al principio, regresar a la comunión con Él, vivir en su luz y reflejar su amor. 🌿✨
A veces, Dios usa lo más sencillo para revelar lo más profundo, y esta fue su manera de abrirme los ojos y mostrarme la esencia de su Palabra.
Conclusión: El mensaje principal
El mensaje es el regreso al principio. 🌿
Todo lo que la Biblia enseña converge en esta idea: vivir en comunión con Dios, reconociendo su luz (1 Juan 1:5) y amándonos unos a otros (1 Juan 3:11).
Volver al principio significa recuperar nuestra relación con Dios, vivir según su propósito, reflejar su amor y caminar en su luz, tal como Él lo diseñó desde el principio.
Si buscamos este mensaje y lo vivimos, descubriremos que todo lo demás —la ley, las promesas, la salvación y la redención— cobra sentido y nos guía hacia una vida plena y transformada por Dios.

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