Introducción

Hay muchas cosas en la vida que, aunque no las vemos, las creemos. Muchas de ellas apuntan a la existencia de Dios.
Las personas que confían más en la ciencia que en Dios piensan que, al adquirir información sobre el mundo, esto elimina la necesidad de creer en Él.

Pero, ¿realmente lo que podemos ver lo define todo?

Preguntas esenciales sobre la fe

  • ¿Necesitamos a Dios?
  • ¿Las personas no creen en Dios solo porque no lo ven?
  • ¿Existe Dios aunque no lo veamos?

Estas son preguntas que muchos se hacen a lo largo de su vida. Algunas personas encuentran respuestas, otras no.
No significa que no hallar la respuesta sea malo, sino que debemos ser sinceros con nosotros mismos y reconocer que no tenemos respuestas correctas, a menos que busquemos en el lugar correcto.

Ejemplo: La rotación y traslación de la Tierra

Considera estos hechos científicos que nadie ve directamente, pero que aceptamos:

  • La Tierra gira sobre su propio eje a 456.11 m/s en el ecuador.
  • La Tierra rota alrededor del sol a 107,280 km/h (30 km/s), una velocidad superior a la de una bala de francotirador.

Nada de esto lo percibimos en el día a día, y aun así lo creemos.

Reflexión: Si creemos en algo que no vemos, ¿por qué exigimos que Dios se vea?

Además, un pequeño cambio en la velocidad de rotación o en la distancia de los planetas podría ser catastrófico para la vida. Esto demuestra que el orden del universo no es casualidad, sino que apunta a un Creador que lo cuida todo.

Versículos de referencia y su significado

Aquí se revela que Dios controla los cielos, la tierra y todos los fenómenos naturales, incluyendo la rotación de la Tierra y los movimientos de los astros.

💡 Reflexión histórica:
El libro de Job es considerado uno de los más antiguos de la Biblia, con composición aproximada entre 2000 y 1000 a.C., y tradiciones orales que podrían ser aún más antiguas (siglo XXI–XX a.C.). Esto significa que Job contiene conocimientos sobre el universo mucho antes de que surgieran los tratados científicos formales, que se desarrollaron varios siglos después en Grecia y Mesopotamia (siglo VI–V a.C.).

Esto demuestra que la Biblia ya contenía verdades sobre el orden y cuidado del universo, confirmadas por la ciencia siglos después.

Aplicación práctica:
Así como confiamos en leyes y hechos que no vemos directamente, debemos confiar en Dios, quien conoce todo y mantiene el orden del universo. Reconocer esto fortalece nuestra fe y nos guía hacia la salvación.


Dios declara:
«Yo hice la tierra, y sobre ella formé al hombre. Yo, mis manos extendieron los cielos, y todo su ejército mandé.»
«Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; Él es Dios, quien formó la tierra y la hizo; Él la afirmó, no la creó en vano, sino que la formó para ser habitada.»

💡 Aplicación:
Dios no solo creó la tierra, sino que la hizo con un propósito específico: que fuera habitable y que el hombre pudiera vivir en ella. Esto nos muestra que nuestra existencia no es casual, y que Dios se preocupa por cada detalle de nuestra vida. Reconocer su cuidado nos lleva a confiar en Él, obedecer Su voluntad y buscar la salvación.

La vida eterna vs. la vida pasajera

Si cuidamos solo esta vida pasajera y no damos importancia a la vida eterna, ¿qué puede pasar con el hombre?

La fe en Dios no solo nos guía en lo que no vemos, sino que también nos prepara para la vida eterna, que es infinita y de verdadera trascendencia.

La existencia de Dios: filosofía y Biblia

La existencia de Dios no es un tema científico, sino filosófico.
Solo a través de argumentos bíblicos y filosóficos podemos comprender y explicar la existencia de Dios.

💡 Conclusión para reflexionar:
Creer en Dios no es cuestión de ver, sino de reconocer Su orden, Su propósito y Su cuidado. Así como confiamos en leyes y hechos que no percibimos directamente, podemos confiar en Él, y eso es esencial para la salvación.

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